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En el delivery actual ya no gana el que más reparte, sino el que reparte mejor.
La batalla ya no va solo de volumen, sino de eficiencia, y el arma definitiva para medirla es el CPO (Coste por Pedido).

Cada décima que bajes en tu CPO no es solo un ahorro, es un impacto directo en la rentabilidad.

Ahora bien… ¿cómo se baja el CPO?

A continuación, repasamos las 5 métricas clave que hoy están en el radar de toda flota.

1️⃣ Disparar la eficiencia: pedidos por hora

En cualquier flota, la eficiencia es la reina.

La regla es simple: a más pedidos por hora, menor CPO.¿Por qué? Porque cada minuto que ahorras en completar un pedido es tiempo libre para hacer otro, sin meter un céntimo más en costes fijos.

Pasar de 2,5 a 3,0 pedidos/h puede bajar el CPO en hasta 0,6 € por pedido.
Parece poca cosa… hasta que lo multiplicas por miles de entregas al mes y ves el impacto en la cuenta de resultados.

Pero aquí está el matiz: la eficiencia no es solo “ir más rápido”. No se trata de pedalear o acelerar más, sino de optimizar la operación para que cada minuto cuente.

De hecho, está directamente vinculada a las otras 4 métricas clave que vigilan las flotas:

  • Menos reasignaciones para evitar interrupciones en el flujo de pedidos.
  • Mix de vehículos equilibrado para asignar cada pedido al medio más eficiente.
  • Compromiso y asistencia para asegurar que la capacidad planificada se cumple.
  • Gestión de turnos precisa para tener la flota correcta en el momento correcto.

En otras palabras: mejorar la eficiencia es el resultado de trabajar todas las demás métricas en conjunto.

Y ahora, vamos a profundizar en cada una de ellas para entender cómo influyen directamente en tu CPO y qué están haciendo las flotas más eficientes para optimizarlas.

2️⃣ Reducir las reasignaciones

Una reasignación ocurre cuando un rider no puede aceptar un pedido y este debe pasar a otro. Aunque pueda parecer un ajuste menor, su impacto en el CPO es directo:

  • Más tiempo de entrega = menos pedidos por hora.
  • Desajuste operativo = jefes de tráfico replanificando en caliente.
  • Coste invisible = menos eficiencia y más recursos necesarios para cubrir la misma demanda.

Para lograr mantenerlo en los mínimos, las flotas deben: 

  • Mejorar la asignación inicial asegurando disponibilidad en zonas críticas.
  • Tener una flota equilibrada en tipos de vehículo para cubrir pedidos cortos y largos.
  • Realizar una comunicación ágil con los riders que tienen una alta tasa de reasignación para corregirla.

3️⃣ Optimizar el dimensionamiento de la flota

Las bicis son esenciales para cualquier operación: son rápidas, eficientes y perfectas para pedidos cortos en zonas céntricas o de alta densidad. Sin embargo, su papel se maximiza cuando están asignadas a ese tipo de pedidos.

Actualmente, muchas flotas están sobredimensionadas en número de bicis.

La razón es sencilla: es más fácil encontrar riders con bici debido a la menor barrera de entrada y a la falta de documentación exigida en muchos casos.

El problema es que este desequilibrio está provocando que haya riders que no logran ni 2 pedidos por hora, porque deben cubrir pedidos largos que idealmente deberían asignarse a motos.

Cuando esto ocurre:

  • Se reduce drásticamente la eficiencia global.
  • Aumenta el CPO porque los tiempos de entrega se disparan.
  • Se genera frustración en riders y jefes de tráfico por no poder optimizar asignaciones.

La solución no es eliminar bicis, sino encontrar un mix equilibrado entre tipos de vehículo que permita cubrir con eficiencia tanto los pedidos cortos como los largos, asegurando que cada rider trabaja en el terreno donde más valor aporta.

4️⃣ Compromiso y absentismo

Durante años, la mayoría de riders eran autónomos, con total libertad para decidir cuándo y cuánto trabajaban. Hoy, con el paso a un modelo más profesionalizado, tienen que adaptarse a horarios fijos, turnos y compromisos diarios. Y esa adaptación no ocurre de la noche a la mañana.

 

Para las flotas, el absentismo es letal:

  • Un turno vacío es un turno sin pedidos entregados.
  • La capacidad de la flota se reduce de inmediato.
  • El CPO se dispara, porque los costes fijos se reparten entre menos pedidos.

En una flota de 1.000 riders, un 10 % de absentismo puede significar 1.600 pedidos menos al día, y lo más preocupante es que este problema no se soluciona solo.

Requiere cultura, formación y una gestión cercana para consolidar el compromiso del equipo y llevar la operación hacia la estabilidad.

5️⃣ Gestión de turnos: bailar al ritmo de la demanda

Ajustar la flota a la curva de demanda es, en teoría, sencillo:

  • Demasiados riders en horas valle = CPO alto por exceso de capacidad.
  • Pocos riders en horas pico = pérdida de pedidos y clientes insatisfechos.

 

En la práctica, es mucho más complejo. Las flotas deben cuadrar piezas muy distintas en el mismo puzzle:

  • Contratos de 30 horas, de 20 horas, parciales o con disponibilidad limitada.
  • Vacaciones, bajas médicas y permisos que cambian la planificación semana a semana.
  • La necesidad de no partir las jornadas en demasiados tramos para evitar la fatiga y cumplir con la normativa laboral.

 

Todo esto convierte la gestión de turnos en un ejercicio de equilibrio milimétrico.

  • Cuando se acierta, la flota se adapta de forma casi perfecta al ritmo de pedidos de la plataforma, maximizando la eficiencia y bajando el CPO.
  • Cuando se falla, se generan horas ociosas que cuestan dinero o se deja escapar negocio por falta de manos en el momento crítico.

 

Por eso, la gestión de turnos se ha convertido en un área donde la tecnología empieza a ser decisiva. El sector del delivery ya no puede depender únicamente de la coordinación manual: el volumen de datos, la variabilidad de la demanda y la complejidad de las plantillas hacen que, sin herramientas digitales avanzadas, mantener la operativa y la rentabilidad sea casi imposible.

La capacidad de reaccionar rápido, minimizar errores y optimizar recursos está dejando de ser una ventaja competitiva para convertirse en una condición indispensable para seguir operando en este mercado.

🚀 Conclusión

El CPO no es un simple número: es el termómetro de la salud operativa de tu flota.

Mejorar eficiencia, reducir reasignaciones, dimensionar bien la flota, minimizar el absentismo y ajustar los turnos a la demanda no son acciones aisladas: son palancas que, trabajadas en conjunto, llevan tu operación a un nivel superior de rentabilidad y competitividad.

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